La muestra de que no hay límite de edad para superar los
miedos es la historia que a continuación les voy a contar. Un grupo de adultos
mayores del barrio Arborizadora Alta de la localidad de Ciudad Bolívar
participó en un recorrido en bicicleta guiado por personal del distrito. Muchos
de ellos hacía varios años que no se montaban en una por lo que la actividad se
volvió todo un reto que trajo consigo caídas en el camino y recuerdos del
pasado que dejan una gran enseñanza.
Un guía encabeza el lote y desde adelante en voz alta da indicaciones mientras mira hacia atrás para confirmar que el grupo viene completo, si alguien tiene algún percance se devuelve para atenderlo y no sigue hasta que todo esté bien. Su nombre el Freddy quien comenta:
“Esta es una actividad que tenemos con los Centros Día, son las casas del adulto mayor de las localidades. Tienen muchas actividades como danza, natación, bicicleta, salidas pedagógicas, los llevan y traen, les dan refrigerio, su hidratación. Ahorita el primer recorrido que hicimos con ellos fue dentro por el parque central y lo vamos alargando, vamos al recreodeportivo, a la Unidad del Salitre, vamos al Parque de los Novios, al Jardín Botánico y todos son trayectos en bici. Los traen hasta acá, los recoge la ruta mediante un convenio que hay entre Secretaria de Integración Social y el IDRD, tenemos recorridos a las 9 AM a las 11 AM a las 2 PM”.
El instructor también nos comenta que esta semana el grupo visitará
la Mina de sal de Zipaquirá y lo mejor para
ellos es que todo es gratis.
En los rostros ya se notaba el esfuerzo de la primera media
hora de travesía. En una corta parada aproveché para dialogar con ellos:
SEÑOR 1
“Venimos de Arborizadora Alta, me inscribí en el centro día,
muy buena la actividad, uno la pasa relajado”.
“Bonito el recorrido, nosotros venimos del Centro Día, acá
nos traen en ruta y un profesor es el que nos dirige, las clases son seguidas y
van cambiando de grupo, un día traen unos y mañana traen otros dándole la
oportunidad a la gente, a los abuelitos”.
SEÑOR 1
“El recorrido es de una hora o dos horas y ya, nos vamos,
llega el bus y para la casita, hay más actividades en la tarde si uno quiere”.
Mientras avanzábamos, unos metros más adelante a doña Stella
se le enredó la llanta delantera con un filo del camino lo que le hizo perder
el equilibrio y caer al piso, por fortuna, fue un golpe leve que no pasó a
mayores.
“Me confié, yo iba a
salir más adelante pero me confié y tome”.
Uno de los compañeros de doña Stella se le acercó para
preguntarle cómo le había ido con el golpe pero ella le contestó:
“Bien, pero no me moleste por favor, no me hagan bullying, me
va doliendo la mano donde me pegué pero
de resto todo bien. Yo tengo las rodilleras y las coderas. La otra vez también
me caí y me raspé una rodilla”.
La valentía de doña Stella de continuar el recorrido a pesar
de la caída es la misma de doña Luz Dary Beltrán quien asegura que la bicicleta
le ayuda a vencer sus miedos del pasado. Comenta que hace ya varios años un día
mientras iba montada en su bicicleta se le atravesó un niño y al frenar sufrió
una caída en la que se partió un brazo. Con gran dolor pero más con miedo por
el regaño, llegó a su casa con la fractura, allí su madre trató de acomodar los
huesos y luego fue sometida al método legendario del sobandero. De esa anécdota
se acuerda cada vez que se sube a una bicicleta.
“Ya aprendí un poquito y más por lo que hacía días no
manejaba. El año pasado vine tres veces pero yo hacía muchos años que no
montaba en bicicleta. La única vez que monté bicicleta a la edad de 17 o 16
años sufrí un accidente, se me safó un brazo, entonces yo decía tal vez no
vuelvo, no soy capaz. Ahora, si veo que hay mucha gente me toca bajarme porque
se me viene a la mente ese día. Fue por no coger a un chino (niño) porque yo
sabía arto manejar y un chino jugando fútbol se le fue la pelota y yo frené pero
frené en seco para no cogerlo, entonces me caí, al frenar en seco pues la
bicicleta brincó y ahí caí y se me salió un hueso, pero no hubo roto ni nada
solamente descuadrado, y llegué a donde mi mamá pensando que depronto me pegaba
y mi mamá me sobó duro y me arregló un poco el hueso, después me desmayé apenas
mi mamá me metió el hueso y ya, me mejoré” después tocó que me estuvieran
sobando”.
Mientras narra esta anécdota mira hacia al frente y no deja
de repetir lo que la vida le enseñó.
“Ya hace cuantos años, y ya estoy ancianita y se me viene a
la mente y de una vez me freno y espero a que pasen. Soy del Centro Día de
Arborizadora Alta y de allá nos sacan para ir a pasear, allá ellos escogen a los
que sepan manejar bicicleta. Vamos a piscina, paseos, tienen que ser personas
mayores de 60 años”.
Como estas, son diversas las experiencias que seguramente deben
vivir a diario miles de adultos mayores en Bogotá que están inscritos en los
programas promovidos por el distrito. Hoy vuelvo a aprender que a pesar de las adversidades
y las caídas siempre habrá que levantarse y seguir adelante.
Los detalles de estas historias los puede encontrar en el
Podcast en bicicleta: